2. La segunda consideración es que hay
algunos casos de compresiones probables,
por existir una adenopatía paratraqueal
maligna en las que la aparición de un episodio
de obstrucción bronquial pone de
manifiesto esta incompetencia de drenaje
de la cava. El caso más demostrativo es el
de un enfermo de sesenta y cinco años
que tenía una neoplasia de células indiferenciadas
en el pulmón derecho, en el que
había también un enfisema ampolloso.
El motivo de acudir al médico fue que
había comenzado con un fuerte ataque de
disnea con pitos. En el curso de la ~plora ción
se pudo comprobar cómo aparte de
una disnea de tipo obstructivo bastante
intensa aparecieron los signos clásicos de
molestias por los anillos y el cuello. Estas
molestias cedieron con el tratamiento adecuado
de su brote obstructivo bronquial,
aunque el carcinoma siguió su curso . La
planigrafía mostraba la existencia de adenopatías
paratraqueales no muy grandes,
pero múltiples.
Procesos mediastínicos ganglionares
no tumorales. Su diagnóstico
Doctor R. Navarro Gutiérrez
La riqueza de órganos de todo tipo que
caracteriza al mediastino hace que su patología
sea compleja, como todo clínico
sabe.
Hacer el diagnóstico de un proceso
mediastínico, especialmente en sus primeras
etapas, es una de las éosas que más
puede poner a prueba el arte de un médico.
Sea cual fuere el proceso que en el mediastino
de desarrolle, tres son las razones
por las que puede hacerse presente en la
clínica: por dar sintomatología de volumen
(de ocupar sitio); por dar sintomatología de
constricción (síndrome de obstrucción) ; por
dar sintomatología de obstrucción vascu lar
(síndrome de la cava superior, por ejemplo),
y por los conocidos síndromes nerviosos
del frénico recurrente simpático. Para llegar
a cualquiera de estas situaciones, el proceso
mediastinico ha tenido que recorrer
mucho camino, y cuando se nos hace presente,
los daños provocados suelen ser muy
considerables. Quiere ello decir que el mediastino
es una de las encrucijadas orgánicas
doride el diagnóstico precoz tiene
poco que hacer; salvo en el caso en que el
descubrimiento se hace en los reconocimiento
sistemáticos del tórax, razón que
explica que mucha patolog!a mediastínica
llegue al clínico o al cirujano procedente de
la fotoseriación.
De ello se deriva que en los procesos de
que yo he de ocuparme aquí, ahora. los
procedimientos diagnósticos sean de una
extrema pobreza y siempre matizados por
la duda.
Una fibrosis pulmonar, sea del origen
que sea, puede tener acompañante de hiperplasia
ganglionar; una sarcoidosis que
se ini cia, hace su primera etapa sobre los
ganglios del mediastino; una histiocitosis X
presenta con frecuencia participación ganglionar.
Lo mismo pa sa con muchas de
las enfermedades provocadas por polvos
orgánicos e inorgánicos, y, sobre todo, hoy
que la patología respiratoria está muy castigada
por los viru s, la afectación ganglionar
mediastínica es una incidencia frecuente.
La Escuela suiza se ha. ocupado de este
problema con asiduidad. Yo recuerdo el
caso de un estudiante de Medicina alemán,
que ahora ejerce en su pais, a quien seguí
más de dos años la evolución de adenopa:
tías gigantes mediastínicas bilaterales que
llegaron a la restitutio ad integrum total.
En la patología invernal que seguimos en
Valdelatas, es frecuente el hecho de observar
participación ganglionar en las virasis .
torácicas.
279
De la tuberculosis no es necesario hablar
en este cenáculo tan docto.
El problema fundamental para el clínico
es establecer el diagnóstico, que sólo puede
inferir por recu.rrencia.
La investigación radiológica es fundamental,
con la complementariedad de la
tomografía, tanto clásica como axial (profesor
Takahashi).
La investigación de laboratorio puede
ayudarnos en los diagnósticos apoyándonos
en las pruebas tuberculínicas, reacción
de Kweim, determinación de crioaglutininas,
reacción de Wasermann, espectro
proteínico y, en algún caso especial,
con biopsia ganglionar obtenida por
mediastinoscopia.
Cuando las técnicas de aislamiento del
micoplasma y de los virus respiratorios
sean más fáciles para el clínico, la ayuda
del laboratorio en el diagnóstico de los
procesos ganglionares mediastínicos no
neoplásicos aumentará considerablemente.
Hasta tanto el diagnóstico de un proceso
ganglionar mediastínico y el aclaramiento
de su etiología, seguirá siendo uno de los
problemas más difíciles que se puedan
presentar a la sagacidad del neumólogo.
280
Piénsese, por ejemplo, en la dificultad de
separar una hiperplasia ganglionar.¡¡¡logénica
de una leucemia mielógen·a crónica ,
que con tanta frecuencia se presenta entre
los cincuenta y sesenta años, como señala
Ravel recientemente y que necesita llevar
al estudio de la médula ósea para aclarar
el diagnóstico. En estos casos la tinción de
la fosfatasa alcalina en los neutrófilos puede
llevar al diagnóstir.n
Piénsese · también en las adenopatías de
la histiocitosis X, a las que tan completo
estudio han dedicado recientemente Arnett,
Schulz, Aciemo y Pernod, ya que se trata
de una enfermedad reticulohist'iocitaria en
auge en este momento.
Y en el diagnóstico de la participación
posible del sistema linfático mediastínico
en todas las enfermedades a que antes he
hecho referencia.
Y así como en las enfermedades pulmo:.
nares, bronquiales y pleurales, y en las circulatorias,
los avances de 1a exploración
funcional son de gran apoyo, en los procesos
mediastínicos seguimos anclados en la
radiología y el laboratorio para nuestras posibilidades
diagnósticas.