Revisamos los tres casos de coriocarcinoma con metástasis pulmonares habidos en nuestro hospital los últimos dos años. El primero es una mujer de 21 años sin síntomas genitales, que se presentó con hemoptisis, derrame pleural y un infiltrado pulmonar que a los dos meses pasó a ser una masa bien definida. La gammagrafia y la arteriografía demostraron una oclusión completa del tronco de la arteria pulmonar derecha. Histológicamente, tanto la masa como pequeños nodulos dispersos por el pulmón, correspondían a metástasis de un coriocarcinoma y la arteria pulmonar y sus ramas estaban completamente ocupadas por células tumorales. El segundo caso es de una mujer de 42 años diagnosticada previamente de coriocarcinoma en la que se detectó un nodulo pulmonar. El tercer caso es el de un varón de 11 años que dos años antes había presentado desarrollo sexual precoz e hidrocefalia, hallándose un tumor de la glándula pineal. Con una válvula ventrículo-atrial mejoró pero apareció un nodulo pulmonar que correspondió a una metástasis de un coriocarcinoma primitivo de la glándula pineal.
Se revisan los patrones de afectación pulmonar por metástasis de los coriocarcinomas, dada la importancia del diagnóstico precoz, pues se trata de tumores potencialmente curables aun cuando existan metástasis pulmonares.
The authors review three cases of choriocarcinoma with pulmonar) metastasis seen over the last two years. The first patient was a 21-year-old woman without any genital symptom who presented with hemoptysis, pleural effusion and pulmonary infiltrates which within a two months period became a well-defined mass. Gammagraphy and arteriography demonstrated complete occlusion of the right pulmonary artery. Histological findings confirmed both the main mass and small dispersed pulmonary nodules to be metastases of a choriocarcinoma while the pulmonary artery and its trunks were eompletely occupied by tumor cells.
The second patient was a 42-year-old woman with a previous diagnosis of chriocarcinoma who presented a pulmonary nodule.
The third patient was an 11-year-old boy who two years earlier had presented precocious sexual development and hydrocephalus and in whom a tumor of the pineal gland was found. Implantation of a ventricularatrial valve appeared to effect some improvement bul a pulmonary nodule due to metastasis of a primary choriocarcinoma of the pineal gland was then detected.
The authors review the differenl patterns of pulmonary involvement in metastasis of choriocarcinoma. An early diagnosis is of prime importance because these tumors are potentially curable even in the presence of pulmonary metastasis.