Entre 250 enfermos afectos de hidatidosis pulmonar, se registraron 15 casos de ruptura intrapleural; correspondientes a ocho hombres y siete mujeres, entre los 6 ylos 50 años de edad.
En 11 ocasiones se encontró un comienzo brusco, mientras en las 4 restantes el momento de la complicación pasó desapercibido dentro del cuadro general del enfermo. Desde el punto de vista radioclínico se evidenciaron seis neumotorax, cinco hidroneumotórax, dos derrames pleurales y dos formas atípicas.
El diagnóstico se estableció fundamentalmente mediante el estudio clínico detallado, la radiología y a veces la punción pleural; no lográndose hasta el acto operatorio de las dos formas atípicas.
Todos los enfermos fueron intervenidos, habiéndose tenido que practicar drenaje torácico previo en 10 casos.
No existió mortalidad en la serie, aunque sí surgieron algunas complicaciones; siendo un enfermo operado cinco años después por equinococosis pleural secundaria.
Se hacen comentarios sobre la patogenia, la clínica, el diagnóstico y el tratamiento; señalando además el riesgo de equinococosis pleural secundaria así como el de pioneumotórax crónico. Se recalca también cómo la ruptura de un quiste hidatidico de pulmón en pleura representa una eventualidad que debe ser bien conocida, máxime teniendo en cuenta que su diagnóstico precoz condiciona ciertamente la terapéutica y por ende el pronóstico.
15 cases of intrapleural rupture of a hydatid cyst were found among 250 patients with pulmonary hydatidosis; there were 8 males and 7 females and the age ranged from 6 to 50 year-old.
Symptoms appeared suddenly in 11 patients and this complication was unnoticed in the other four. 6 pneumothorax, 5 hydroneumothorax, 2 pleural effusions, and 2 atypical presentations were noted on radiographical examination.
The diagnosis was established by a detailed clinical study, radiological examination, and sometimes by pleural tap. The diagnosis was established only after surgical intervention in the 2 patients who had atypical presentations.
All patients underwent surgery and 10 patients had thoracic drainage previously.
There were no deaths but some complications were found; one patient had surgery 5 years later because of secondary pleural echinococcosis.
The authors discuss the pathogenesis, clinical presentation, diagnosis, and treatment of this disease and mention the risk of secondary pleural echinococcosis and of chronic pyopneumothorax. They emphasize that should be well known especially because its early diagnosis will determine its treatment and prognosis.