Los antibióticos inhalados están siendo utilizados desde hace más de 30 años para tratar la colonización o la infección bronquial, especialmente en pacientes con fibrosis quística e infección bronquial crónica por Pseudomonas. No ha sido hasta los últimos 10 años cuando más se ha avanzado en este campo: se han confirmado los efectos beneficiosos en esta indicación con la evidencia científica, los ensayos clínicos se han incrementado de forma considerable, han aparecido formulaciones de antibióticos para vía inhalada, han mejorado los sistemas de administración y se ha extendido su uso en otras infecciones. La velocidad de la investigación nos hace suponer que en los próximos 10 años habrá importantes avances en las indicaciones, en el arsenal de antibióticos disponibles por esta vía y en la eficacia de los sistemas de administración.
El futuro inmediato de la investigación en este campo sería deseable que fuese dirigido a demostrar la eficacia de los antibióticos inhalados en el tratamiento de cualquier infección bronquial crónica, sea cual sea el microorganismo causante y la patología de base, incluso sin la presencia todavía de bronquiectasias. El efecto del antibiótico está en relación con la concentración que se alcanza en la zona de la infección. La administración de antibióticos por vía inhalada está sujeta a muchas variables: dosis administrada, dosis que llega a la zona de la infección, tipo de nebulizador usado y las características del paciente. Todavía desconocemos muchos aspectos de su farmacocinética, y su complejidad hace aconsejable que sea indicada y controlada por facultativos especializados para evitar infradosificaciones que induzcan resistencias bacterianas.
Inhaled antibiotics have been used for more than 30 years to treat bronchial colonization or infection, especially in patients with cystic fibrosis and chronic bronchial infection with Pseudomonas. However, major progress in this field has only been made in the last 10 years: the beneficial effects in this indication have been confirmed by scientific evidence, the number of clinical trials has considerably increased, inhaled antibiotic formulations have appeared, administration systems have improved and their use has been broadened to include other infections. The speed of research indicates that major advances will be made in the indications and arsenal of inhaled antibiotics, as well as in the effectiveness of administration systems in the next 10 years. A desirable aim in the immediate future would be to demonstrate the efficacy of inhaled antibiotics in the treatment of any chronic bronchial infection, irrespective of the causative microorganism or the underlying disease and even in the absence of bronchiectasis. The antibiotic effect is related to the concentration achieved in the site of infection. Antibiotic administration through the inhaled route is subject to many variables: the dose administered, the dose that reaches the site of infection, the type of nebulizer used and the patient's characteristics. Many features of the pharmacokinetics of this route remain unknown and, because of its complexity, it should be prescribed and monitored by specialist physicians to avoid underdosing, which could lead to bacterial resistance.