Este estudio evalúa de forma prospectiva el rendimiento práctico de una jeringa de plástico especialmente diseñada para la obtención de sangre arterial para gasometría (E), con el de una de vidrio (V) y el de una de plástico convencional (P), en 120 pacientes que acudieron a nuestro centro para práctica de gasometría arterial por diversas indicaciones clínicas. De forma aleatoria los enfermos fueron asignados a uno de tres posibles grupos (E frente a V frente a P). La preparación de las jeringas y la obtención de la muestra de sangre arterial (tras anestesia local) fue siempre realizada por técnicos con amplia experiencia en la técnica. Los resultados obtenidos muestran que el tiempo de preparación fue inferior (p<0,05) en el caso de E, comparado con V y P. Sin embargo, en términos absolutos las diferencias fueron muy pequeñas (17 s frente a V, y 6 s frente P), por lo que su relevancia práctica es pequeña. No se observaron otras ventajas adicionales derivadas del empleo de E (frente a V o P): ningún paciente requirió más de una punción para obtener una muestra adecuada de sangre arterial; el tiempo de extracción (intervalo de tiempo transcurrido desde la punción arterial hasta el fin del proceso de extracción) no fue diferente en los 3 grupos de pacientes estudiados, y la presencia de hematoma pospunción fue raro en todos; no se observaron diferencias en la intensidad del dolor referida por el paciente (escala analógica) y la calidad subjetiva de la onda de pulso radial fue buena y similar en los 3 grupos de pacientes. En conclusión, estos resultados muestran que, si se posee experiencia en la técnica de punción arterial, el empleo de una jeringa E no aporta un beneficio práctico importante, lo que hace difícil justificar su mayor precio según este tipo de argumentos. De hecho, dado que las jeringas P son más baratas, de un solo uso y, en manos expertas, de eficacia semejante, estos resultados sugieren que su empleo rutinario en la práctica diaria para la obtención de gasometrías arteriales puede contribuir a optimizar la relación coste-beneficio de un procedimiento habitual en los gabinetes de función pulmonar.
This prospective study evaluates the practical utility of a special plastic syringe for collecting arterial blood samples for gasometry, comparing it to a glass syringe and a conventional plastic one, in 120 patients who carne to our hospital for arterial blood analysis for a variety of reasons. The patients were randomly assigned to one of three groups according to type of syringe assigned. Technicians with experience in the technique prepared the syringes and collected the arterial blood samples after providing local anesthesia. The results showed that the special plastic syringe took less time (p<0.05) to prepare than did the glass or conventional plastic ones. The differences were quite small, however, in absolute terms, with the special syringe requiring 17 seconds less than the glass syringe and 6 seconds less than the plastic one; the practical importance is therefore slight. No other advantages of the special syringe were observed. No patient required more than one puncture to obtain a valid arterial blood sample, the extraction times (time between arterial puncture until end of proces) were similar in the three groups of patients, and the presence of post-puncture hematoma was rare in all groups. There were no differences in level of pain reported (on an analog scale) and the subjective quality of the radial pulse wave was good and similar in all three groups. In conclusion, these results show that use of the special syringe offers no important practical advantages for experienced technicians that would justify the higher price. In fact, as the conventional plastic syringes are cheaper, disposable and similarly effective in expert hands, our results suggest that their routine use for collecting arterial blood gas samples can help improve the cost-benefit ratio for a common procedure in pulmonary function units.