Tras la alarmante aparición de una serie de casos de silicosis en profesionales del mecanizado de aglomerados de cuarzo en Chiclana de la Frontera, Cádiz1, nuestra experiencia nos indica que la clasificación International Labour Organization (ILO)2 utilizada para diagnosticar este tipo de neumoconiosis, no es la más adecuada. En nuestro estudio3 se incluyeron 46 varones marmolistas diagnosticados de silicosis y encargados de la manipulación de aglomerados de cuarzo para el montaje sobre todo de encimeras de cocina, de los cuales, 9 presentaban una radiografía de tórax normal, pero tras la realización de la tomografía axial computarizada de alta resolución, apareció el característico patrón intersticial micronodular difuso bilateral.
Nos encontramos con una nueva forma de la enfermedad, la cual no corresponde con la original, la silicosis de los mineros. Sabemos que afecta a varones más jóvenes y tras una mayor exposición durante un menor periodo de tiempo (la mediana de edad fue de 33 años y la antigüedad laboral de 11 años)3.
El desconocimiento sobre cómo va a evolucionar este tipo de silicosis, nos obliga a pensar tanto en la falta de tratamiento curativo como en el potencial riesgo cancerígeno de los diferentes componentes de estos materiales. El alto contenido en sílice libre cristalina de los aglomerados de cuarzo (70-90% según colores y acabados de la encimera), el mayor poder lesivo de las partículas por su menor tamaño (<5 micras) con relación a otros silicatos, y la clasificación por la International Agency of Research on Cancer (IARC)4 en el grupo 1 (cancerígeno humano) de las formas cristalinas de sílice (cuarzo, cristobalita y tridimita), reflejan las posibles complicaciones de esta enfermedad con el paso del tiempo.
Debemos comentar los 4 casos de nuestra serie con peor evolución hasta el momento. Por un lado, el fallecimiento en octubre de 2012 de un paciente con 33 años después de finalizar la investigación, que tras un neumotórax derecho de repetición (fig. 1) desarrolló un defecto ventilatorio combinado con patrón restrictivo grave evolucionando a fibrosis masiva progresiva (CVF 22,5%; FEV1 19,9%; FEV1/CVF 70,2%), no pudiendo superar el trasplante bipulmonar. Por otro, 2 casos que se encuentran en lista de espera para trasplante pulmonar (uno de 34 años con oxigenoterapia domiciliaria3 y otro, de 38 años). Y por último, un empresario y trabajador, padre de 3 hijos, se suicidó con 49 años en febrero de 2014. En la actualidad han sido diagnosticados 70 casos en el Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Puerto Real, Cádiz.
El evidente incumplimiento producido a todos los niveles (vigilancia de la salud, prevención y protección de los trabajadores, seguridad e higiene en el trabajo), refleja el significativo número de afectados y de aquellos que aún están por aparecer. Cabe destacar que al tratarse de pequeños negocios familiares, varios miembros de diferentes familias hayan acabado desarrollando la enfermedad (el ejemplo más evidente se refleja en uno de los 3 casos índice1, el paciente fallecido con 14 parientes que también presentan silicosis en la actualidad). Debemos señalar que, hasta el momento, 6 trabajadores con enfermedad profesional reconocida han perdido la incapacidad permanente total tras ser denunciados por sus mutuas y otros 2 casos, aún luchan por que se reconozca su enfermedad como profesional.
Es por ello que nos gustaría comunicar la necesidad de actualizar tanto la clasificación diagnóstica utilizada hasta el momento, ya que aquellos casos con silicosis inicial en profesionales de la fabricación y montaje de encimeras de cocina podrían pasar inadvertidos. Así como señalar la importancia de modificar las leyes (Orden ITC/2585/2007)5 que respaldan a estos trabajadores, las cuales están enfocadas en la silicosis minera, cuyas características no son comparables por aparecer en varones de mayor edad, tras una menor exposición y durante un periodo de tiempo más prolongado, fundamentales para que puedan ser reconocidos sus derechos.