Hasta hace unos años, el médico se encontraba impotente ante la presencia de una hemoptis masiva. Los primeros intentos de contener la hemorragia broncopulmonar fueron realizados con la inserción de tubos especiales dedicados a producir bloqueos bronquiales de tipo parcial. Con el devenir del tiempo, los neumólogos no se han contentado con esperar la muerte por axfisia del paciente por inundación de sus vías aéreas. En este sentido, hoy la broncoscopia ofrece recursos muy valiosos para producir taponamientos bronquiales, con muchas posibilidades de éxito al contener la hemorragia broncopulmonar. Con ella, se consigue además de localizar y evaluar el punto hemorragíparo, mantener el paciente en condiciones aceptables para una actuación quirúrgica inmediata.
La actuación del cirujano torácico cada vez es tenida más en cuenta en hemorragias masivas.
A la acción del broncólogo y del cirujano torácico, se le ha asociado la del angiólogo, formando un triunvirato fundamental en el diagnóstico y tratamiento de las hemoptisis.