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Vol. 54. Issue 9.
Pages 449-450 (September 2018)
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Actividad física en la EPOC. Relevancia, factor pronóstico, herramientas para medirla e intervenciones terapéuticas para su mejoría
Physical Activity in COPD. Significance, Prognosis, Measurement and Therapeutic Interventions
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Roberto A. Rabinovich
The Queen's Medical Research Institute and Respiratory Medicine Department, Royal Infirmmary of Edinburgh, Edinburgh, Reino Unido
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Los pacientes con EPOC presentan una reducción de los niveles de actividad física (AF) en la vida diaria1 independientemente del grado de severidad de la enfermedad2, siendo posiblemente el más potente predictor de mortalidad en la EPOC por encima de parámetros de función pulmonar, síntomas, tolerancia al ejercicio y calidad de vida3.

Este estilo de vida sedentario es usualmente adoptado por estos pacientes como una estrategia para evitar la sensación de disnea durante las actividades de la vida diaria.

La AF se caracteriza por el tipo de actividad, intensidad, duración, patrón y síntomas experimentados durante la misma. Un individuo es considerado activo: a) cuando cumple con un mínimo de 30min de actividad de moderada intensidad (p. ej., 3-6METs), o b) 20min de vigorosa intensidad (p. ej.,>6METs), o, c) Su equivalente en intervalos no menores a 10min. Sedentarismo no es equivalente a inactividad sino que se depende del número de horas del día que un paciente permanece acostado o sentado. Así, un paciente puede cumplir con los criterios de actividad previamente definidos y ser sedentario a la vez si pasa la mayor parte de las horas del día inactivo (acostado o sentado).

Existen métodos subjetivos y objetivos para medir los niveles de AF. Entre los métodos subjetivos se encuentran los cuestionarios obtenidos en un determinado momento puntual en la vida de un sujeto y los diarios en los cuales un sujeto colecciona información durante un período de tiempo. Estos métodos dependen de la capacidad de los pacientes de recordar sus actividades, del diseño de los cuestionarios y las características de los pacientes y entrevistador. Los pacientes tienen la tendencia a sobrevalorar los niveles de AF, comprometiéndose la exactitud de estos métodos4.

Dentro de los métodos objetivos la medición directa es compleja e intrusiva, por lo tanto, inviable en la práctica. La medición del consumo energético durante la actividad, mediante calorimetría indirecta como el método de agua doblemente marcada, conlleva un coste elevado y, por este motivo, en general se reserva como método en estudios de investigación. Además, debido a la baja eficiencia mecánica que caracteriza a estos pacientes (elevado coste energético para igual nivel de actividad que un sujeto sano) estos métodos tienen riesgo de sobredimensionar los niveles de AF medidos.

Los monitores de movimiento (podómetros y acelerómetros; comúnmente denominados «monitores de AF»), son una alternativa para cuantificar los niveles de AF de manera objetiva y razonablemente accesible económicamente.

Los podómetros son económicamente más accesibles aunque tienden a infravalorar los niveles de AF en comparación con los acelerómetros. Los acelerómetros, más caros que los podómetros, cuantifican cantidad e intensidad de movimiento en uno, 2 o 3 ejes (X, Y, Z) y pueden proveer información relativa a la posición del cuerpo, cuantificación de AF y consumo energético durante AF basados en aceleración en los ejes disponibles. Dos estudios recientes proveen información respecto a la modalidad de validación de estos monitores en pacientes con EPOC y evalúan la validez, usabilidad y aceptación de 6 monitores5,6 identificando 3 monitores con criterios específicos de validez en EPOC.

Por todo lo expuesto, los métodos objetivos son preferibles a los subjetivos y los acelerómetros (preferentemente validados en EPOC) constituyen un buen compromiso entre fiabilidad y coste. Asimismo, es aconsejable medir AF como el promedio de la actividad durante un mínimo de 4 días7, sin incluir fines de semana2 y por un mínimo de 8h diarias7 para ser representativa de los niveles de AF de un sujeto.

Por último, recientemente se han creado 2 herramientas que combinan un cuestionario y la medición objetiva de AF utilizando acelerómetros. Se trata de los patient reported outcomes (PRO) creados por el consorcio PROactive (PROactive Physical Activity COPD [PPAC]) en sus versiones diaria (D-PPAC) y clínica (C-PPAC). El primero permite obtener información en un período evolutivo de días (similar a los diarios) mientras que el segundo permite obtener información en un momento puntual de la vida del paciente8,9 de utilidad para comparar 2 instantes de la vida del paciente separados por un período de tiempo o una intervención terapéutica (evaluar progresión de la enfermedad y respuesta a un determinado tratamiento). Estos PRO proveen información en 2 dominios diferentes, cantidad (PPAC-cantidad) y dificultad (PPAC-dificultad) para realizar AF los cuales pueden además combinarse en una puntuación total (PPAC total), siendo la mayor puntuación (de 0 a 100) reflejo de una experiencia más positiva en relación con AF.

Incrementar los niveles de AF en estos pacientes puede asociarse a una mejoría en el pronóstico de la enfermedad, como ha sido demostrado en otras enfermedades10. Diversas estrategias, farmacológicas y no farmacológicas, han sido utilizadas con el objetivo de incrementar los niveles de AF en pacientes con EPOC como describe una revisión de la literatura publicada recientemente11.

Esta revisión de la literatura11 concluye que a pesar de los efectos positivos de la rehabilitación en la mejoría de la tolerancia al ejercicio12, la transferencia de estos logros en un incremento de los niveles de AF sigue siendo un tema controvertido11. Por este motivo, estrategias específicamente dirigidas a incrementar la AF utilizando monitores capaces de proveer información en tiempo real para modificar este patrón de comportamiento pueden acarrear efectos más beneficiosos11, sobre todo si se los combina con rehabilitación, tanto mejor si los programas son de larga duración y alta intensidad11.

En conclusión, los niveles de AF se encuentran disminuidos en los pacientes con EPOC y esto contribuye negativamente al pronóstico de la enfermedad. Por lo tanto, la monitorización de los niveles de AF (preferentemente con métodos objetivos o híbridos [PROactive]) así como la implementación de estrategias terapéuticas (con el objetivo de mejorar la AF), son objetivos importantes en el manejo de estos pacientes. La combinación de RP con intervenciones utilizando monitores de AF y proveyendo información en tiempo real a los pacientes, constituye una aproximación prometedora a estos efectos.

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